Di el primer paso, pisé hierbas, salté charcos, aparté piedras, hasta formar un sendero. No tenía nombre, así que lo llamé “la vida”. y me propuse a recorrerlo, avanzando poco a poco, pero había obstáculos, piedras, muros, guardias; Y me detuve frente a ellos, me impedían el paso... (Frenaban “la vida”) Así decidí abrir más senderos y comencé a cambiar el camino, subiendo, bajando, a veces girando y encontrando otros caminos, otros caminantes y anduve con ellos. Me enseñaron: A quitar las rocas, a bordear los muros, a sortear los obstáculos; Me quede con ellos y mucho tiempo pasé en otros caminos, pero debía volver a “la vida”. Cruce los obstáculos y los aparté del camino. Y empedré “la vida” para llevar carreta y carga; y avanzaba más cada día. Se convirtió en carretera y disfruté más del camino (Disfrute más de “la vida”) Pero la vi grisácea, sin color, triste por estar vacía. Sentí pena por “la vida”, así que sembré flores, árboles, arbustos verdes: ¡Parques