COSAS QUE NO OLVIDO

Mi voz se quedó dormida en el silencio, mis labios estaban totalmente gélidos. 
Mi cuerpo era un lienzo de desesperación y tu sonrisa se esfumaba en el mar. 
Mi corazón llora y se esconde en el fondo de un acantilado de aguas violentas, ya no soporta ni un solo sufrimiento más .
La única parte de nuestra película que aún conservo, en el desván acongojado de mi casa, es en aquella escena en la que tú bailabas, en la que tú dibujabas en mi alma mucha emoción y romance con tus monótonos pero llamativos movimientos y en la que los cabellos marrones y dorados de los trigales de la pampa danzaban en el vaivén del viento.

José Alexander González Quizhpe,
Ecuador.

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