NAPAS FREÁTICAS CON ARSÉNICO

En un globo aerostático,
se encontraba la dopamina,
flaqueando en su ímpetu,
con cañones de estrés,
con circuitos que arrancan la tez,
encefalogramas que no sirven,
rayos por que no ven,
una quimera herida en épocas de gloria
que tiene el rastro de hoba oeste,
pero que se desintegra,
cómo el Bólido de Cheliábinsk.
Todos creemos un poco en la fantasía,
cuando nos drogamos con psilocibina.
Pero somos nativos de Siria
cuando mezclamos en química
el arsénico y el mercurio.
Después nos volvemos energúmenos,
porque no aguantamos
la carga de nuestra ira.
Priscila Jazmin Lazaleta,
Argentina.
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