KELPIE

La muchacha caminaba sola por la orilla del río. Se la veía tan agobiada y deprimida, su amor le había roto el corazón y solo pensaba en suicidarse. De repente, desde adentro del agua del río, apareció un hermoso caballo que le hacía gestos, indicándole que subiera a su lomo. La muchacha vaciló por un momento, pero impulsada por un sentimiento de tristeza, aceptó la propuesta. En cuánto se subió, no hubo vuelta atrás, la criatura se sumergió en el fondo del lago, enviándola al lecho del río, perdiendo su vida y aquel vago recuerdo de él, que atormentaba su mente.

Virginia Andrea Llobera,
Argentina.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

LA LLORONA AQUÍ NO LLORA; PUES NO HAY NIÑOS QUE LLORAR.