CARTA DE AMOR DEL SULTÁN
Sentando en el trono estoy ahora, mi querida Radhiya, conversando con el viento como si fuera un demente, charlando con mi conciencia sobre ti. De que me vale el mas fino trono de diamantes, los sirvientes más fieles y laboriosos, el poder más grande sobre todo el califato de Córdoba, si no te tengo, si no das calor a mis frías noches de angustia e incomprensión, si no siento tus níveas manos secar mis lágrimas, cada viaje, cada paseo, cada pisada, cada respiro. Lo hago mientras pienso en ti. Sé que mi sociedad tan pudiente me criticará y difamará. Imagínate cuantos anatemas recibiría yo, pero no importa, ahora, estoy embarcando en un barco con destino a Catay y quiero que sepas que ni la distancia más enorme nos podrá separar. Espero que te llegue este mensaje, colmado de amor, ansias y desvelo, de anhelos de volverte a ver y tenerte a mi lado siempre.
Hasta reunirnos en la santa presencia de Alá en el cielo.
De quien guarda tu recuerdo para siempre.
S.E Abd-al-Hamid.
José Alexander González Quizhpe
Ecuador
8 años
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