TE ENCONTRÉ

Me encontraba en una imparable búsqueda de alguien que me haga sentir completa. Busqué y busqué y en ningún lado encontré alguien que me brindara esa paz que mi alma necesitaba sentir.
Deseaba tanto salir a caminar con alguien que no se cansara de escuchar cualquier tontería que se me ocurriera en ese instante en el que me encuentre rodeada con sus brazos, brindándole a mi piel el cálido calor en una fría noche, deseaba con tal desesperación encontrar a alguien a quien confiarle mis problemas, compartir mis preocupaciones con el fin de recibir un abrazo que me calmara en un momento de angustia y tristeza, deseaba tanto alguien para abrazar, besar y compartir todo lo que viviese...
Y llegó en ese momento en el que conocí a alguien  y con solo sentir su presencia todo mi mundo editaba, cambiaba todo lo que sentía en ese momento y sentía esa extraña sensación cuando te da miedo. Pero... ¿Porqué miedo? Nunca había sentido eso antes. Había conocido a muchas personas 
pero... ¿Porqué me sentía completamente distinta con él? ¿Será que me estaba enamorando de él?
Era un poco difícil de explicar, peor para mí que no lograba ni entenderme a mi misma por que nunca me había enamorado de alguien. ¿Cómo sabría si eso era? ¿Cómo saber si lo que sentía era amor por él? ¿Cómo saber si para sentir amor se necesitaba estar enamorado? ¿Cómo saber si estar enamorado era sentir amor? Quería invitar a todos mis sentimientos a tomar un café para platicar con ellos, tenía muchas preguntas que si intentaba responderlas, no les hallaría respuesta.
Le preguntaría a la emoción ¿Qué hacías para producir en mi el movimiento acelerado de mi corazón al verte? Le preguntaría a la inspiración ¿Qué hacías para meterte en cada letra de mis poemas al oír tu dulce voz? Le preguntaría a la tristeza ¿Qué hacías para ocasionar las lágrimas y los suspiros que anhelan tu presencia cuando estás ausente?
Le preguntaría a los celos ¿Qué hacías para desatar una revolución en mi imaginación al verte cerca de alguien? Y tener una seria conversación con mi corazón y preguntarle ¿Qué hacías tú para provocar todas esas emociones? 
¿Qué irónico no? Ahora tengo esa incertidumbre de no saber, que eres para mí, tanto así que he llegado a confundir el buen trato que me das con cariño, o quizás sea el cariño que tienes hacia mi 
lo que provocó el buen trato. Que indescifrable eres, o en realidad la indescifrable soy yo...
¡Eres un enigma, un ser lleno de misterios! O quizá sea yo misma, creando una paradoja, que a mi mente está desquiciando. Pienso que estoy llegando a la conclusión de que nunca había querido sentir algo así, pero ahora siento que no quiero dejar de sentirlo.

Génesis Sánchez Díaz

Ecuador 
16 años.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA LLORONA AQUÍ NO LLORA; PUES NO HAY NIÑOS QUE LLORAR.