DE LA MUERTE Y OTRAS CUESTIONES

Un problema perenne que sigue como una molesta nube negra a todos los seres que son consientes de su existencia y lo efímero de su vidas. El temor de que habrá un momento en el que el mundo siga no tal cual como es, con sus días de trafico y lluvia en la ciudades, con los domingos soleados en la plaza y los bosques serenos y silenciosos con caudales de eternidad, pero nunca mas podremos decir a estos paisajes:
“Estoy aquí y ahora”
Al nacer no diferenciamos entre lo que es el yo y el no-yo, lo que existe son sensaciones indescriptibles para una mente desprovista de conceptos.
Al morir esta aparente diferencia desaparece como una hoja que se barre al pasar una violenta brisa de otoño en un cementerio y nace la soledad.
En sentido estricto nunca nadie tuvo una experiencia con la muerte ya que al morir dejamos de ser y al no-ser no podemos sentir como tal la muerte. Sin embargo bien la conocemos porque vemos la muerte en todos lados.
La semilla que crece sin saber que sus flores marchitaran
Vemos en el mar luchas interminables entre el gran cardumen y los peces espada que poco a poco devora esa nube de vida marina
Miramos con asombro al perro que por instinto a destrozado de la manera más
insana posible a nuestro peluche favorito.
Al marchitarse, al ser digerido, o al ser asesinado, nunca jamás se volverá a ser lo que era antes, pero nuestra materia sigue en este mundo, a estado aquí desde que existe todo, lo único que le sucede es cambiar de orden, siempre a la entropía, pero la vida mira con desafío al tiempo. Mi substancia se desintegraran en el suelo y estará de otra forma en un tierno pasto donde alguien como yo se recostara plácidamente y pensara sobre la muerte.
Diego Rosas
México
18 años

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