AMOR ANDINO

Tenía yo 17 años, era un chico de familia pudiente con montones de haciendas, pero, entre tanta riqueza había algo en mí que estaba vacío, una parte oculta que no estaba completa. Al descubrir eso, me volví rebelde, ya no me importaba ni el dinero, ni las riquezas, ni con cuantos libras podría rellenar los bolsillos de mis pantalones de calidad italiana.
Mi padre quería que yo fuese el político conservador más renombrado del Congreso Nacional, a lo cual respondí que no, porque eran sus aspiraciones, no las mías... 
(Me olvidé de decirles queridos lectores que en ese tiempo corría el año 1970 y yo vivía en Loja, Ecuador).
Entre tantos problemas y disgustos con mi familia millonaria, tomé la acalorada decisión de irme de mi casa, de la jaula de oro en el que habitaba, como un caminante revolucionario, inspirado en ideas marxistas. Decidí ir a Bolivia y escogí ese destino geográfico por lo que para mí representa: Humildad, trabajo, interculturalidad, deseos de cambiar la triste realidad del racismo y la marginación política.
Llegué a La Paz y al bajarme del camión destartalado de un amigo, en el cual viajé todo el trayecto, contemplé a los Indígenas Quechuas, entrelazando sus manos con la lana y vi a la mujer más bella del mundo, aquella que tejía no solo para el mercado, sino para mi amor y para la vida.


José Alexander González Quizhpe
Ecuador
18 años

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