PALABRAS OCULTAS

Y así empieza mi historia, una historia que a muchos no les importa, y que hoy a mí me pesa.
Como alma en pena estoy, ya no sé quién soy ni a donde voy. Todo lo que un día tuve lo perdí por cobarde. Y justo cuando todo era perfecto, lo arruiné, herí corazones, lastimé a personas inocentes, pero en especial a un ángel (Le corté sus alas con las cuales empezaba a volar, le robé su inocencia con un beso e hice que el amor que hice se convirtiera en odio). Supuse que mis actos eran perfectos, pero eran todo lo contrario, me cegué con los lujos, las falsas amistades, con la mujer escultural, con sustancias que yo sentía que solucionarían mis problemas, pero resultó lo contrario.
A veces creo que haber nacido es una desdicha y que debería morir para terminar con el vacío que hay en mí. Me odio y aborrezco, porque todo lo que me rodea lo he arruinado. Pero estoy pagando por mi error, estoy solo con compañía, lloro sin lágrimas, sonrió llorando... ¡Estoy muerto en vida! Porque cuando por fin encontré a alguien que me enseñó que sin alguna sustancia podía volar, la perdí, por no escuchar sus melodiosas palabras.
Lo único que pido es su perdón...
Lo mío no importa: ¡No valgo nada! Pero ella lo es todo para mí.
Todo lo que un día me hizo feliz, ahora me ahoga en mi dolor. No puedo expresar lo que siento, es querer decir tanto y no decir nada.
He aprendido la lección y si hoy tengo que pagar con ello, lo haré, porque ya no tengo nada que perder, lo perdí todo y lo único que hoy me acompaña es la soledad, en la canto de los pájaros, la brisa, los sonidos de la noche obscura y el dolor de su ausencia, porque aunque yo estoy aquí, mi corazón está con ella y me queda solo el recuerdo de su existencia.
Hoy cambiaré, dejare que el destino actué por mí, dejaré a un lado la falsedad, eso que quiero aparentar y no soy. Aunque eso implique perder el interés por mí de los que me rodean, me dedicaré a interpretar cada una de las notas musicales que escribo porque a veces pueden ser peligrosas y solo ellas pueden entender lo que siento dentro. Ayer lloré sin culpar a nadie. Lloré por que el llanto sin dolor elimina el rencor que me tortura en el tiempo y en el alma. Ayer lloré con profundas lágrimas... ¡Eran tan frías y solitarias!...
Ayer lloré y por fin pude desahogar lo que siento con una persona y sentí alivio. He dejado de llorar, le puse velo a la nostalgia y a la amargura. He adornado con versos de alegría a mi vida. Aprendí a simplificar y a dejar ir lo que es inútil para ser feliz. Hoy aprendí a amarme. ¿Y saben algo? ¡Es sencillo!

Libertad Cermeño
México
15 años.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA LLORONA AQUÍ NO LLORA; PUES NO HAY NIÑOS QUE LLORAR.