En una tierra muy lejana donde la imaginación se queda corta ante las maravillas, había un joven, llamado Lucas, que en su niñez fue maldecido porque todo lo que tocaba se convertía en polvo. Debido a este poder, muchos de sus seres queridos murieron, incluido su primer amor, quien con el toque de un beso se convirtió en polvo. Todos los días se preguntaba: -¿Por qué? -Había tantos hombres en esa tierra. Estando tan solo y desesperado, le pidió a una bruja que lo matara y acabara con este martirio sin fin. Ella, por su parte, se negó y le dijo que era prácticamente imposible, pero que podía sellarlo de tal manera que no pudiera liberarse. Y así terminó el pobre Lucas, o eso creían las personas cercanas al santuario, donde fue sellado, al parecer, para siempre. Un par de años después llegó al pueblo una reconocida sacerdotisa, su nombre era Rebeca, su poder para crear objetos mágicos era tan grande como su inocencia, su sencillez para crear soluciones a los problemas y su caráct