Los Mártires de Chicago en 1886 y muchos otros personajes ilustres nos dejaron un gran legado, el de no rendirse y clamar y en ciertos casos a ofrendar nuesta vida por ver un futuro mejor: El agricultor, afanoso en el campo, sembrando y cosechando vida. El obrero construyendo nuevos caminos hacia el progreso. El maestro, formando, no solo estudiantes, sino también seres humanos integros, que sepan responder a la sociedad de una manera positiva y esforzada, dando todo de si para así procurar el bien común. La mujer, costurera, maestra, también, escritora, que se desenvuelve de manera excelente en este y en muchos otros oficios y profesiones. Trabajar de verdad, no solo consiste en poner al máximo las fuerzas de nuestro cuerpo, de nuestras manos, de nuestros pies, sino también, la fuerza de la mente para planificar correctamente las cosas y la del corazón para tener el valor y el optimismo de que no hay obstaculo alguno que nos impida conseguir lo que anhelamos y más cuando es por el