SECRETO DEL BOSQUE


En el campamento escolar Alfred miraba con fascinación el bosque. Mientras que los demás niños jugaban, él era apodado por sus compañeros “el niño raro", pues creía en la existencia de seres mágicos.


Su maestra lo miraba con lástima.

—Es un caso perdido. —Le menciona su compañero, el profesor de educación física.

—Solo es un niño con mucha imaginación. Ya se le pasará. —Responde ella.

Llegó la hora de cenar y los adultos llamaron a los pequeños para comer. Fueron todos menos uno, Alfred.

Nadie se dió cuenta que faltaba aquel niño de cabello oscuro con anteojos gruesos, por su miopía.

La profesora de los pequeños notó que sobró una porción de comida, se quedó pensativa por un momento.

—¡Alfred! —Dice en voz alta. —¿Alguien ha visto a Alfred? —Le pregunta a los niños.

Al obtener una respuesta negativa por parte de todos, los adultos se comenzaron a alarmar.

—No hay de qué preocuparse, puede ser que esté jugando muy cerca de aquí. —exclama el profesor.  —iré a buscarlo.

Él se adentró al bosque donde a lo lejos pudo ver una luz azulada, al acercarse pudo ver que salía de una criatura humanoide que estaba platicando con el pequeño Alfred. El hombre no podía creer lo que estaba viendo y se escondió para seguir observando la escena.

Aquella criatura hacía movimientos circulares con sus manos y de ellas salían esferas de luz verde que se convertían en flores de loto.

El hombre dió un paso en falso pisando una rama que cruje al partirse. La criatura le susurra algo al niño antes de desaparecer por completo, como si pudiera volverse invisible. Alfred se da la vuelta y exclama con tranquilidad a su profesor:

—¡Pudiste verla, ahora debes guardar el secreto! No pierdas tus sueños, ama y cree en la vida. El hada me ha dicho que te lo dijera.

—Volvamos al campamento Alfred. —Comenta el hombre aún en shock por lo sucedido recientemente.

Daniela Arboleda 🇨🇴

Participante Del I Taller Literario (Parte dos)

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