MARIONETA

Triste marioneta, que antes era un montoncito de madera, hecho ternura (lo asfixia el polvo y lo acongoja el olvido).
Ya, sin tanto color, trata de sonreír cuando hay un arco iris, quiere caminar, sentir algo de frescura. Pero... ¿Quien le dará cuerda? ¿Quien tomará sus hilos casi rotos y lo hará revivir de su melancolía? Nadie es capaz de hacerlo, porque un juguete nuevo ha tomado su lugar.
Pero, San Nicolás, lo encontró, lo abrazó y le dio una tacita de chocolate caliente. Luego, lo pintó... pero no con acrílicos, sino con experiencias alegres que tuvo cuando era niño. Mientras de fondo sonaba un villancico, el querido amigo de roble y cuerdas se quedó dormido y San Nicolás le dijo al oido: "¡Tranquilo!... en el cielo hay un tierno angelito que en la tierra fue pobre y nunca fue feliz. Pero contigo será tan rico y afortunado por tener algo tan valioso que le dará alegría, dicha y gozo".

José Alexander González Quizhpe,
Ecuador.

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